30 abril, 2013

Nuestra Clase No. 7, Las mujeres de Guerrero son ejemplo de lucha


Mayo 2013
Mujeres en la primera fila

La lucha del magisterio guerrerense - que desde el pasado febrero se viene gestando- no pasa por alto para el interés de las mujeres, pues al ser esta movilización de un sector predominantemente femenino, da un matiz especial a su inclusión en la organización. Las mujeres que siendo oprimidas y explotadas por este sistema capitalista salen a luchar y ser parte activa de la lucha, codo a codo con sus compañeros de clase  desde el inicio son las mujeres integrantes de la CETEG, las madres de familia, las jóvenes  y las mujeres de la Policía Comunitaria, son ellas las que se pusieron  en primera fila y a la vanguardia del movimiento.
Y para muestra un botón: el sábado 23 de febrero, Paula Silva es elegida (en la Asamblea Regional de San Luis Acatlán, Guerrero) como  Comandanta Regional de la Policía Comunitaria; ella, una mujer indígena mixteca  asumió el cargo como “el mayor reto de su vida”. Y a pesar de que durante muchos años se les había negado a las mujeres la posibilidad de ser elegidas para estos cargos (o se querían imponer reglas como la de ser soltera para poder ocuparlo), Paula es una mujer casada y asumió la responsabilidad con todo lo que esto conlleva. Afirmando después, que esto “dará paso a la formación de grupos comunitarios integrados por mujeres”. Como fue el caso de la Policía Comunitaria de Tixtla, en Guerrero,  la que en marzo de este año integraría a sus filas a cuatro mujeres de un total de veinticinco elementos que la conforman.

Las luchas en sí mismas nos permiten a las mujeres ir conquistando derechos en el camino, como el derecho a participar activamente en la organización política. Hacer de las tareas habitualmente impuestas a las mujeres una tarea colectiva es parte esencial dentro de la organización; si bien ya las mismas necesidades de organización en la lucha llevan a la socialización de tareas que cotidianamente realizan las mujeres en el aislamiento del ámbito doméstico, la lucha también abre la posibilidad de que, por un lado, no sean las mujeres o sólo las mujeres (en este caso las maestras y las mujeres de la Policía Comunitaria) las que hagan de comer y den café a los compañeros, y por otro de que las mujeres nos pongamos al frente, haciéndonos parte indispensable de la lucha y su organización. Sin embargo esto no es el último objetivo, y tendríamos que tener en mente que estas conquistas de derechos tienen como fin último la verdadera emancipación de las mujeres y la liberación de las cadenas que nos oprimen, lo que sólo  se conseguirá a partir de la emancipación de la clase obrera y el conjunto de los explotados y oprimidos.
La actual lucha que dan las mujeres en Guerrero; las luchas que dieron las  mujeres de la APPO, que tomaron los medios de comunicación oaxaqueños y se pusieron a la vanguardia en el movimiento de 2006; las mujeres de Atenco, que no se dejaron quebrar a pesar de la tortura sexual y que han denunciado con fuerza los abusos del gobierno;  y especialmente las maestras, de Guerrero, de Oaxaca, de Michoacán y todo el país, nos han venido a demostrar en los últimos años que las mujeres tenemos toda la fuerza e inteligencia y que nos ponemos en la primera fila por defender nuestros derechos; como ejemplo la maestra indígena Flora Pérez, que participa en la lucha de la CETEG, quien ha venido desde la montaña en Zapotitlán Tablas a dar la pelea con sus compañeros de clase, en contra de la “Reforma Educativa” y convencida de que esta vez no pasarán. Todos estos ejemplos y muchos otros más a lo largo de la historia nos dejan ver una lección en el camino, la organización de las mujeres junto a los hombres en la luchas de las y los trabajadores es de vital importancia para el triunfo de estas. Los ejemplos deben ser tomados y los errores corregidos. ¡Vivan las mujeres en la primera fila! ¡Todo el apoyo al magisterio en Guerrero! ¡Todo el apoyo a las mujeres y hombres que siguen en pie de lucha!

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