Mayo 2013
Mujeres en
la primera fila
La lucha del
magisterio guerrerense - que desde el pasado febrero se viene gestando- no pasa
por alto para el interés de las mujeres, pues al ser esta movilización de un
sector predominantemente femenino, da un matiz especial a su inclusión en la organización.
Las mujeres que siendo oprimidas y explotadas por este sistema capitalista
salen a luchar y ser parte activa de la lucha, codo a codo con sus compañeros
de clase desde el inicio son las mujeres
integrantes de la CETEG, las madres de familia, las jóvenes y las mujeres de la Policía Comunitaria, son
ellas las que se pusieron en primera
fila y a la vanguardia del movimiento.
Y para muestra
un botón: el sábado 23 de febrero, Paula Silva es elegida (en la Asamblea Regional
de San Luis Acatlán, Guerrero) como
Comandanta Regional de la Policía Comunitaria; ella, una mujer indígena
mixteca asumió el cargo como “el mayor
reto de su vida”. Y a pesar de que durante muchos años se les había negado a
las mujeres la posibilidad de ser elegidas para estos cargos (o se querían
imponer reglas como la de ser soltera para poder ocuparlo), Paula es una mujer
casada y asumió la responsabilidad con todo lo que esto conlleva. Afirmando
después, que esto “dará paso a la formación de grupos comunitarios integrados
por mujeres”. Como fue el caso de la Policía Comunitaria de Tixtla, en
Guerrero, la que en marzo de este año
integraría a sus filas a cuatro mujeres de un total de veinticinco elementos
que la conforman.
Las luchas en sí
mismas nos permiten a las mujeres ir conquistando derechos en el camino, como
el derecho a participar activamente en la organización política. Hacer de las
tareas habitualmente impuestas a las mujeres una tarea colectiva es parte
esencial dentro de la organización; si bien ya las mismas necesidades de
organización en la lucha llevan a la socialización de tareas que cotidianamente
realizan las mujeres en el aislamiento del ámbito doméstico, la lucha también
abre la posibilidad de que, por un lado, no sean las mujeres o sólo las mujeres
(en este caso las maestras y las mujeres de la Policía Comunitaria) las que
hagan de comer y den café a los compañeros, y por otro de que las mujeres nos
pongamos al frente, haciéndonos parte indispensable de la lucha y su
organización. Sin embargo esto no es el último objetivo, y tendríamos que tener
en mente que estas conquistas de derechos tienen como fin último la verdadera
emancipación de las mujeres y la liberación de las cadenas que nos oprimen, lo
que sólo se conseguirá a partir de la
emancipación de la clase obrera y el conjunto de los explotados y oprimidos.
La actual lucha
que dan las mujeres en Guerrero; las luchas que dieron las mujeres de la APPO, que tomaron los medios de
comunicación oaxaqueños y se pusieron a la vanguardia en el movimiento de 2006;
las mujeres de Atenco, que no se dejaron quebrar a pesar de la tortura sexual y
que han denunciado con fuerza los abusos del gobierno; y especialmente las maestras, de Guerrero, de
Oaxaca, de Michoacán y todo el país, nos han venido a demostrar en los últimos
años que las mujeres tenemos toda la fuerza e inteligencia y que nos ponemos en
la primera fila por defender nuestros derechos; como ejemplo la maestra
indígena Flora Pérez, que participa en la lucha de la CETEG, quien ha venido
desde la montaña en Zapotitlán Tablas a dar la pelea con sus compañeros de
clase, en contra de la “Reforma Educativa” y convencida de que esta vez no
pasarán. Todos estos ejemplos y muchos otros más a lo largo de la historia nos
dejan ver una lección en el camino, la organización de las mujeres junto a los
hombres en la luchas de las y los trabajadores es de vital importancia para el
triunfo de estas. Los ejemplos deben ser tomados y los errores corregidos.
¡Vivan las mujeres en la primera fila! ¡Todo el apoyo al magisterio en
Guerrero! ¡Todo el apoyo a las mujeres y hombres que siguen en pie de lucha!
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