La lucha del magisterio guerrerence en el escenario nacional
Luego de la represión del 1º de
diciembre, que hasta ahora sigue impune, con el reflujo del movimiento
#YoSoy132 y el acuerdo reaccionario entre los partidos patronales para aprobar
las reformas neoliberales (el “Pacto por México” del PAN-PRI-PRD), en los
últimos meses se fortaleció el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien había
asumido muy cuestionado por su autoritarismo y la compra de votos en las
pasadas elecciones presidenciales, en un contexto nacional de mucho descontento
social por la miseria y la violencia imperantes.
El gobierno se dio a la tarea de buscar
recomponer su imagen, pretendiendo pasar por “justiciero” y “democrático” con la
promulgación de la Ley General de Víctimas y medidas populistas como la Cruzada
Nacional contra el Hambre, mientras profundiza su carácter autoritario con la
militarización del centro del país, la policía de mando único y la próxima
conformación de la Gendarmería Nacional, acompañando estas acciones con una
nueva política hacia los medios masivos de comunicación para minimizar la
creciente cifra de feminicidios y víctimas de la “guerra contra el narco”.
A poco de que Joaquín Gamboa, al
frente de la CTM, ratificó la subordinación de esta central sindical al PRI y a
Peña Nieto, éste último decidió ganar legitimidad con la detención de la “presidenta
vitalicia” del SNTE, Elba Esther Gordillo, lo que le permitió debilitar y someter
aún más a la cúpula charra del
sindicato magisterial.
Mientras tanto, la dirigencia de
los sindicatos “opositores” nucleados en la Unión Nacional de Trabajadores
(UNT) -telefonistas, tranviarios, universitarios y otros-, respondió
pasivamente ante el brutal ataque anti-obrero que representa la reforma laboral,
limitándose a promover amparos y negándose a movilizar contundentemente a sus
agremiados. Ahora la UNT reclama ser tomada en cuenta en las negociaciones del
“Pacto por México”. Por su parte, el
Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) sufrió un nuevo revés con la resolución
de la Suprema Corte de Justicia que revocó un amparo favorable a los
trabajadores, evidenciando una vez más la impotencia a la que los ha llevado la
estrategia legalista de sus dirigentes.
La entrega de los charros cetmistas, pero también la
confianza en las instituciones por parte de los sindicatos “opositores”, ha
allanado el camino para que avancen los planes del gobierno, como la reforma
educativa, a la que se oponen miles de maestros en varios estados del país por
considerar que atenta contra sus derechos laborales y la educación pública.
Crece la resistencia magisterial
El 25 de febrero, al mismo tiempo
que era promulgada la reforma educativa, inició el paro indefinido de los
maestros de Guerrero, organizados en la Coordinadora Estatal de Trabajadores de
la Educación de Guerrero (CETEG). Esta lucha ha logrado articular a diversos
sectores campesinos, estudiantiles, de trabajadores y a las policías
comunitarias de la CRAC, con quienes se conformó el Movimiento Popular de
Guerrero (MPG).
Por su parte, en entidades como
Oaxaca, Michoacán, Chiapas y el D.F., donde tiene peso la disidencia a la
dirigencia corrupta y traidora del SNTE, los maestros vienen realizando
movilizaciones y discuten impulsar un paro nacional.
Desde finales del año pasado, prácticamente el único sector de trabajadores que ha resistido
activamente a las reformas laboral y educativa es el magisterio organizado en
la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), a la cual
adhiere la CETEG como sector de avanzada.
Poniéndose al frente del
descontento nacional, la lucha del magisterio guerrerense adquiere gran
relevancia porque muestra que sí es posible organizarse y enfrentar unidos en
las calles los ataques del gobierno, forjando la alianza obrera, campesina y
popular, y recurriendo a los métodos de los trabajadores como el paro y la
movilización.
Desde su posición de vanguardia en
el movimiento magisterial, la CETEG debe convocar con el conjunto de la CNTE a
un Encuentro Nacional en donde se discuta un pliego de demandas y un plan de
acción unificado de todo el magisterio, llamando a integrarse a esta lucha a
los maestros de base del SNTE, en la perspectiva de sumar fuerzas para echar
abajo la reforma educativa en todo el país y lograr imponer un proyecto
alternativo de educación, que verdaderamente ponga ésta al servicio de los
trabajadores y del pueblo.
Es necesario impulsar la más
amplia solidaridad de los estudiantes, las organizaciones que se reclaman
democráticas y los trabajadores, en primer lugar de aquellos agrupados en el
sindicalismo opositor como la UNT y el SME. Desde el Boletín Nuestra Clase saludamos
la lucha de los maestros de Guerrero y llamamos a poner en pie comités de solidaridad
en escuelas y centros de trabajo que se expresen de manera activa.
La UNT debe abandonar su política
de “democratizar” el “Pacto por México” y unirse a la lucha del magisterio,
pues de triunfar éste dejaría al conjunto de los trabajadores en mejores
condiciones, no sólo para echar abajo las reformas ya aprobadas, sino para
enfrentar las que se tienen agendadas en el Congreso de Unión, como la
energética y el IVA en medicinas y alimentos.
Frente a la magnitud de la
ofensiva gubernamental, es necesaria la
más amplia unidad de las filas obreras, con plena independencia política de los
partidos del Congreso y sin ninguna confianza en las instituciones del régimen.
¡Todos a marchar este 1° de mayo en solidaridad con el magisterio guerrerense!
¡Abajo la reforma educativa! ¡Abajo la reforma laboral!
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