25 abril, 2013

Editorial, Nuestra Clase No. 6



La lucha del magisterio guerrerence en el escenario nacional



Luego de la represión del 1º de diciembre, que hasta ahora sigue impune, con el reflujo del movimiento #YoSoy132 y el acuerdo reaccionario entre los partidos patronales para aprobar las reformas neoliberales (el “Pacto por México” del PAN-PRI-PRD), en los últimos meses se fortaleció el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien había asumido muy cuestionado por su autoritarismo y la compra de votos en las pasadas elecciones presidenciales, en un contexto nacional de mucho descontento social por la miseria y la violencia imperantes.

El gobierno se dio a la tarea de buscar recomponer su imagen, pretendiendo pasar por “justiciero” y “democrático” con la promulgación de la Ley General de Víctimas y medidas populistas como la Cruzada Nacional contra el Hambre, mientras profundiza su carácter autoritario con la militarización del centro del país, la policía de mando único y la próxima conformación de la Gendarmería Nacional, acompañando estas acciones con una nueva política hacia los medios masivos de comunicación para minimizar la creciente cifra de feminicidios y víctimas de la “guerra contra el narco”.

A poco de que Joaquín Gamboa, al frente de la CTM, ratificó la subordinación de esta central sindical al PRI y a Peña Nieto, éste último decidió ganar legitimidad con la detención de la “presidenta vitalicia” del SNTE, Elba Esther Gordillo, lo que le permitió debilitar y someter aún más a la cúpula charra del sindicato magisterial.

Mientras tanto, la dirigencia de los sindicatos “opositores” nucleados en la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) -telefonistas, tranviarios, universitarios y otros-, respondió pasivamente ante el brutal ataque anti-obrero que representa la reforma laboral, limitándose a promover amparos y negándose a movilizar contundentemente a sus agremiados. Ahora la UNT reclama ser tomada en cuenta en las negociaciones del “Pacto por México”. Por su parte, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) sufrió un nuevo revés con la resolución de la Suprema Corte de Justicia que revocó un amparo favorable a los trabajadores, evidenciando una vez más la impotencia a la que los ha llevado la estrategia legalista de sus dirigentes.

La entrega de los charros cetmistas, pero también la confianza en las instituciones por parte de los sindicatos “opositores”, ha allanado el camino para que avancen los planes del gobierno, como la reforma educativa, a la que se oponen miles de maestros en varios estados del país por considerar que atenta contra sus derechos laborales y la educación pública.

Crece la resistencia magisterial

El 25 de febrero, al mismo tiempo que era promulgada la reforma educativa, inició el paro indefinido de los maestros de Guerrero, organizados en la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG). Esta lucha ha logrado articular a diversos sectores campesinos, estudiantiles, de trabajadores y a las policías comunitarias de la CRAC, con quienes se conformó el Movimiento Popular de Guerrero (MPG).

Por su parte, en entidades como Oaxaca, Michoacán, Chiapas y el D.F., donde tiene peso la disidencia a la dirigencia corrupta y traidora del SNTE, los maestros vienen realizando movilizaciones y discuten impulsar un paro nacional.
Desde finales del año pasado, prácticamente el único sector de trabajadores que ha resistido activamente a las reformas laboral y educativa es el magisterio organizado en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), a la cual adhiere la CETEG como sector de avanzada.

Poniéndose al frente del descontento nacional, la lucha del magisterio guerrerense adquiere gran relevancia porque muestra que sí es posible organizarse y enfrentar unidos en las calles los ataques del gobierno, forjando la alianza obrera, campesina y popular, y recurriendo a los métodos de los trabajadores como el paro y la movilización.

Desde su posición de vanguardia en el movimiento magisterial, la CETEG debe convocar con el conjunto de la CNTE a un Encuentro Nacional en donde se discuta un pliego de demandas y un plan de acción unificado de todo el magisterio, llamando a integrarse a esta lucha a los maestros de base del SNTE, en la perspectiva de sumar fuerzas para echar abajo la reforma educativa en todo el país y lograr imponer un proyecto alternativo de educación, que verdaderamente ponga ésta al servicio de los trabajadores y del pueblo.

Es necesario impulsar la más amplia solidaridad de los estudiantes, las organizaciones que se reclaman democráticas y los trabajadores, en primer lugar de aquellos agrupados en el sindicalismo opositor como la UNT y el SME. Desde el Boletín Nuestra Clase saludamos la lucha de los maestros de Guerrero y llamamos a poner en pie comités de solidaridad en escuelas y centros de trabajo que se expresen de manera activa.

La UNT debe abandonar su política de “democratizar” el “Pacto por México” y unirse a la lucha del magisterio, pues de triunfar éste dejaría al conjunto de los trabajadores en mejores condiciones, no sólo para echar abajo las reformas ya aprobadas, sino para enfrentar las que se tienen agendadas en el Congreso de Unión, como la energética y el IVA en medicinas y alimentos.

Frente a la magnitud de la ofensiva gubernamental,  es necesaria la más amplia unidad de las filas obreras, con plena independencia política de los partidos del Congreso y sin ninguna confianza en las instituciones del régimen. ¡Todos a marchar este 1° de mayo en solidaridad con el magisterio guerrerense! ¡Abajo la reforma educativa! ¡Abajo la reforma laboral!

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