Declaración de NUESTRA CLASE
¡Abajo la reforma educativa neoliberal de Peña Nieto y
el Congreso de la Unión!
La tarde del
pasado 26 de febrero, el Procurador General de la República y ex-gobernador del
Estado de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, anunció por cadena nacional en
conferencia de prensa la investigación abierta -a partir de una denuncia de la
Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda- en contra de
Elba Esther Gordillo, presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE), así como su posterior detención en el aeropuerto de Toluca,
acusada de estar involucrada en operaciones con recursos de procedencia ilícita
(lavado de dinero), por el desvío de miles de millones de pesos provenientes de
las cuotas sindicales de los trabajadores de la educación.
La detención
de Gordillo se produjo apenas un día después de que fue finalmente promulgada
la “reforma educativa” propuesta por Peña Nieto y aprobada por todos los
partidos en el Congreso de la Unión que, entre otras medidas,
eleva a rango constitucional la evaluación obligatoria de los maestros como
“principio” para su ingreso, promoción y
permanencia en el servicio, lo que supuestamente garantizará la calidad de
la educación. A diferencia de acuerdos anteriores, esta vez el gobierno no
contó con el aval de la dirigencia nacional del sindicato -encabezada hasta
ahora por Elba Esther Gordillo-, que tardía y tibiamente llamó hace apenas algunas
semanas a oponerse a la reforma por la vía legal, ya que afecta sus propios
intereses y su poderío sindical.
Aunque los
medios de comunicación han querido mostrarla como una cruzada para mejorar la “calidad” de la educación y recuperar “la
rectoría del Estado” en la materia, la reforma de Peña Nieto y el Congreso
sigue al pie de la letra las “recomendaciones” neoliberales de organismos
internacionales como la OCDE y asociaciones empresariales interesadas en el
negocio educativo, como Mexicanos Primero
(vinculada a Televisa). Lejos de servir para mejorar la educación pública,
la reforma significa un paso más hacia su privatización y un ataque en regla
contra las conquistas laborales del magisterio, como la estabilidad en el
empleo, el derecho de huelga y a la contratación colectiva.
Para imponer
su plan, el gobierno requiere amedrentar, disciplinar y quebrar la resistencia
de los trabajadores de la educación. El golpe contra Gordillo -tal como ocurrió
con la caída de su padrino político y antecesor Carlos Jongitud a fines de los
80’-, con el que Peña Nieto busca ganar legitimidad, no tiene nada que ver con
democratizar al SNTE o abatir en él la corrupción. Detrás está el interés de
someter y debilitar al sindicato, aprovechándose del desprestigio y el repudio
que suscita en amplios sectores sociales la burocracia corrupta y gansteril que
está al frente del mismo, hasta hace poco aliada de los gobiernos en turno
tanto del PAN como del PRI.
Para nadie era
un secreto que Gordillo se enriqueció ilegalmente -desde que fuera impuesta por
Salinas de Gortari al frente del sindicato- al amparo del Estado y a costa de
los trabajadores de la educación afiliados al SNTE, no sólo beneficiándose de
las cuotas sindicales, sino gracias a entregar los derechos y conquistas
laborales a cambio de canonjías y cotos de poder, para lo cual ordenó asesinar,
reprimir y hostigar al activismo disidente.
No hay que
olvidar que la reforma educativa de Peña es continuidad de las medidas
reaccionarias (como la “evaluación universal” y las modificaciones a los
lineamientos de la Carrera Magisterial), que comenzaron a imponerse con la
llamada “Alianza por la Calidad de la Educación” (ACE), pactada desde el 2008
entre Elba Esther Gordillo y Calderón.
Hace décadas
que los sectores democráticos y combativos del magisterio, muchos de los cuales
se identifican con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación
(CNTE), nos oponemos al charrismo
sindical y resistimos a los planes neoliberales que han querido imponer los
sucesivos gobiernos priistas y panistas. En las últimas semanas, con sano
instinto de clase, decenas de miles de maestros en distintas entidades del país
(aun en algunas donde tradicionalmente no se movilizan) salimos a las calles
para manifestarnos contra la “reforma educativa” y en defensa de nuestros
derechos laborales, a pesar de la política pasiva e impotente de la dirección
nacional del sindicato, que se limitó centralmente a tramitar amparos.
Hay que
impedir que el gobierno utilice el golpe contra Gordillo para debilitar la
organización de los trabajadores de la educación e imponer sus planes. Hay que
aprender de las lecciones del pasado: nada bueno se puede esperar de la
intromisión del gobierno en las organizaciones sindicales ni de un nuevo
cacique que pretenda imponer al magisterio. Son los propios trabajadores los
que deben saldar cuentas con sus dirigentes traidores.
Es necesario
impulsar asambleas en las escuelas y centros de trabajo, así como la más amplia
unidad en las calles para echar abajo la reforma educativa. Al mismo tiempo, es
el momento de llevar hasta sus últimas consecuencias la lucha por la
democratización del sindicato, lo que pasa por romper su subordinación y
dependencia del Estado y los partidos del régimen.
La CNTE y los
sectores democráticos del magisterio – haciendo un llamado unitario a las bases
de todo el SNTE-, deberían convocar a un Congreso Nacional Extraordinario de
delegados de base, electos en todas las delegaciones y secciones del país, para
acordar un plan de acción emergente a nivel nacional y decidir los pasos a seguir
para elegir democráticamente, de abajo hacia arriba, a un nuevo Comité
Ejecutivo Nacional, secretarías seccionales y delegacionales, para así
recuperar definitivamente nuestra organización sindical como instrumento de
lucha y defensa de nuestros derechos. La primera tarea de esta nueva dirigencia
sería encabezar la lucha contra la reforma educativa, en defensa de la
educación pública, laica y gratuita y por los derechos laborales del
magisterio.
¡Abajo la reforma educativa neoliberal de Peña Nieto y los partidos del
“Pacto por México”!
¡Fuera manos del Estado del SNTE! ¡Fuera charros! ¡Por la elección democrática de nuestros dirigentes
sindicales!
Trabajadores
de la Educación del Boletín “Nuestra Clase”
27/02/2013
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