Número 4
Febrero 2013
De la ACE a la Reforma Educativa
Por
Antonio Méndez
Desde el 2008, con la Alianza
por la Calidad Educativa (ACE) el calderonismo- con el aval de Elba Esther
Gordillo- pegó un salto en el ataque contra la educación pública y las
condiciones laborales de los trabajadores de la educación básica.
Posteriormente, la primera reglamentación de las medidas contenidas en la ACE
vendría de la mano del PAN el PRI y el PRD, con las reformas del 2010 a la Ley
General de Educación. Hoy, como parte de las reformas estructurales incluidas en
el Pacto por México, la Reforma Educativa (que modifica los artículos 3º y 73º
de la Carta Magna) aprobada por el Congreso el pasado 21 de diciembre sin
ninguna consulta a los maestros, viene a coronar este proceso, elevando dichas
medidas -junto a otras como la autonomía para el Instituto Nacional de
Evaluación Educativa- a rango constitucional. Este curso reaccionario se ha
desarrollado bajo la presión de organizaciones empresariales como Mexicanos
Primero y en consonancia con los dictados del Banco Mundial y la OCDE, pero
también, ilustrativamente, de forma paralela a las modificaciones del sistema
educativo en Estados Unidos, en donde los llamados “reformadores de la
educación” (encabezados por Bill Gates), enarbolando una ideología que culpa de
los males educativos a los maestros y sus sindicatos, han desplegado toda una
campaña e invertido millonarios recursos para establecer mecanismos
regulatorios basados en criterios de eficiencia empresarial, cuyo eje es la
evaluación a los docentes!
En sus disposiciones más
lesivas, la ofensiva a partir del 2008 ha evolucionado a grandes rasgos de la
siguiente manera:
- Tras la firma de la ACE
comenzaron a implementarse medidas como el concurso nacional de asignación de
plazas que, actualmente articulado con la evaluación universal, fue el
preámbulo del servicio profesional
docente, que condiciona el ingreso, la permanencia y la promoción de los
maestros dentro del sistema de educación pública, al resultado de pruebas
estandarizadas, con lo que se consolida la negación del derecho de los
normalistas egresados a una plaza automática basificable, se anulan los
derechos escalafonarios de los profesores en activo y se atenta contra su
estabilidad laboral.
- Los consejos de participación
social, que en su momento abrieron las puertas para incidir en las decisiones
respecto a la educación pública “a todos los sectores interesados” (incluida la
iniciativa privada a través de organizaciones como Mexicanos Primero), con la
reforma avanzaron hacia el fortalecimiento de la autonomía de gestión escolar, es decir, el abandono presupuestario
de las escuelas por parte del Estado y su sustitución por la legalización de
las ya acostumbradas cuotas, además de la posibilidad de fuentes alternativas
de financiamiento, profundizándose así el proceso de privatización.
- Las escuelas de tiempo completo, que han implicado ya el cierre de
turnos vespertinos, generando toda una serie de afectaciones laborales y
pedagógicas (desplazamiento de maestros y su reubicación como excedentes, compactación
y saturación de grupos en el turno matitino), ahora se multiplicarán por
mandato constitucional.
Por la precarización de las
condiciones laborales que representa para los trabajadores de la educación,
podemos caracterizar a la ACE como la avanzada de la Reforma Laboral en el
magisterio y, como dice la CNTE, la Reforma Educativa es la
“constitucionalización” de la ACE.
La educación,
una disputa entre clases
Por Antonio Méndez
La idea central que preparó el
camino y acompañó la Reforma Educativa, el sentido de la evaluación tal como ha
quedado en la misma, es que son los maestros y su organización sindical los
responsables del “desastre educativo nacional”. No es casual que en la reforma
se ponga el acento sobre la evaluación antes que sobre la formación y la actualización
del magisterio.
Si bien la evaluación del
sistema educativo nacional nos puede proporcionar una visión sobre su estado
general y las fortalezas y debilidades en áreas particulares, ya organizaciones
como Mexicanos Primero se han dado a esta tarea; incluso el propio Estado
Mexicano ha destinado grandes recursos para contratar los servicios
evaluatorios de la OCDE. Entre las principales conclusiones que se desprenden
de estos estudios tenemos que la formación de los maestros es insuficiente, lo
que lleva a suponer entonces que el problema a atender es la formación, pero,
por el contrario, la “solución” que proponen es la evaluación!, ligándola
además a la posibilidad de permanecer o no en el empleo, y es que en el fondo,
lo que se persigue es golpear al magisterio, sector clave en la defensa de la
educación pública y gratuita, con un doble objetivo: avanzar en la
privatización del sector y profundizar la modificación de los contenidos de la
enseñanza de acuerdo a criterios de eficiencia empresarial (educación por
competencias), y educar así a las futuras generaciones de trabajadores en la
obediencia sin cuestionamiento al patrón, mano de obra calificada, barata y
acrítica.
El desarrollo del conocimiento
hace indispensable la constante actualización, tanto en las instituciones de
formación docente como entre los maestros en activo. Sin embargo, en el primer
caso el abandono sistemático, el ahogo presupuestario y las reformas
curriculares en las normales, apuntan en sentido contrario, y en el segundo,
aunque con programas como Carrera Magisterial se pretendía resolver el
problema, los efectos de esta han sido: por un lado, el deterioro de la calidad
de vida de los maestros que la realizan, al someterse a las presiones que
implica (con el consecuente estrés) y al ver recortado su tiempo de descanso y
recreación; y por otro, la división del magisterio entre trabajadores de
primera, los que la cursan, y de segunda, los que no (además de los profesores
con contratos temporales, los de tercera).
Para una educación realmente de
calidad es indispensable que los maestros tengan una buena formación y se
actualicen constantemente, pero además que cuenten con estabilidad laboral, que
sus salarios cubran el costo de la canasta familiar (incluidos gastos en salud,
vivienda, cultura, etc.) y que el tiempo destinado al trabajo deje espacio
suficiente para el descanso y el ocio. Además, es necesaria una infraestructura
escolar y equipamiento adecuados. Esto sin hablar de las implicaciones que
tienen para el aprendizaje las condiciones socioeconómicas de los alumnos en un
país con más de 50 millones de pobres. Pero las reformas laboral y educativa
apuntan en un sentido completamente opuesto, y esto mientras se prepara la
entrega de Pemex, el IVA en alimentos y medicinas, se mantienen regímenes
impositivos privilegiados para los grandes empresarios y se destinan millones
al pago de la deuda externa y al fortalecimiento de las fuerzas represivas del
Estado. Frente a ello, levantemos un programa en defensa de las normales públicas,
por plazas automáticas y basificables para los normalistas egresados, por
periodos alternados de actualización docente y frente a grupo, y por la
basificación universal de todos los trabajadores de la educación; frente a la
carestía cada vez mayor de la vida, luchemos por aumento salarial de emergencia
que cubra los costos de la canasta familiar y por aumentos salariales en
función de la inflación; y para que la riqueza producida socialmente se destine
a las necesidades de educación, salud, vivienda, trabajo, cultura, etc., es
necesario luchar por el no pago de la deuda externa, impuestos progresivos a
las grandes fortunas, la renacionalización de las áreas ya privatizadas de
Pemex y la industria eléctrica y por la disolución de las fuerzas represivas.
En cuanto al problema sindical,
la firma de la ACE en 2008 entre Calderón y Gordillo es una excelente muestra
de que las burocracias sindicales están ahí no sólo para desviar y contener las
luchas de los trabajadores, evitar su organización democrática e independiente
y mantenerlos a raya, sino también para fungir como correa de transmisión de
las políticas antiobreras y antipopulares de los gobiernos en turno, mismos que
responden a su vez a las presiones y dictados de la clase dominante nativa y la
burguesía imperialista, cuyos intereses están representados por organizaciones
como la OCDE, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Desde su fundación en 1943, el
SNTE nació como un sindicato corporativizado para mantener a los trabajadores de
la educación bajo control de Estado. Pero históricamente los sindicatos
nacieron como organizaciones de defensa de los trabajadores frente a la
explotación capitalista, y en nuestra época, en donde no hay sindicatos
neutrales, si no se transforman en instrumentos de defensa y lucha de los
trabajadores, se tornan en su contra. Es por ello indispensable recuperar la
consigna histórica de la CNTE por la democratización y la independencia de
clase del SNTE.
La visión que responsabiliza al
magisterio y su sindicato de los males educativos, promovida en principio por
grupos empresariales que miran a la educación con signos de pesos en los ojos,
pasa por alto el hecho de que el proceso de enseñanza-aprendizaje no escapa a
las condiciones en que se desarrolla; que la tarea de garantizar las
condiciones y los medios necesarios para la impartición pública y gratuita de
la enseñanza corresponde, desde 1917, al Estado; y que son ellos, la clase a la
que pertenecen y el Estado a su servicio, quienes a casi 100 años de la
constitución emanada de la Revolución Mexicana, como clase social dominante han
sido incapaces -atados por múltiples lazos al capital financiero controlado por
el imperialismo y como socios menores de éste- de realizar esta tarea
democrática hasta el final (y no lo van a hacer), mientras generaciones y
generaciones de maestros han dejado la vida en la labor educativa, enfrentando
las condiciones más adversas.
Hacer realidad una educación
pública, gratuita, laica y científica, y generar las condiciones para ello, es
una tarea que sólo puede garantizar hasta el final la clase trabajadora en
alianza con el conjunto de los explotados y oprimidos, dándole al mismo tiempo
una salida progresiva a las demandas de salud, alimentación, vivienda, empleo,
cultura, etc.
Frente al regreso del PRI al
poder y los realineamientos en el régimen -Pacto por México- para descargar la
crisis sobre los trabajadores y el pueblo pobre, sólo podremos frenar el ataque
con la más amplia unidad y organización democrática de los trabajadores, y con
independencia política de los partidos del régimen. En alianza con los
explotados y oprimidos del campo y la ciudad, hagamos de la movilización en las
calles, la preparación de la huelga general y la huelga misma, una lucha
unificada contra la reforma laboral, la reforma educativa, la entrega de Pemex
y la militarización del país, dando los primeros pasos para la resolución
íntegra de nuestras demandas.
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Preparar una jornada de lucha en la perspectiva del paro nacional
contra la Reforma Educativa. Soldar la más amplia unidad de todo el movimiento
magisterial
Las y los trabajadores de la educación que
editamos este boletín, consideramos que para enfrentar la ofensiva del régimen
es necesaria la más amplia unidad de las filas obreras, del magisterio y los
trabajadores de la educación. Esto implica, en primer lugar, tener una política
para que, frente al ataque, los trabajadores del SNTE y aquellos que nos reivindicamos de la CNTE, el CEND o
democráticos, golpeemos juntos, desplegando nuestra unidad de acción, porque
nos están golpeando a todos y todos juntos somos más fuertes.
Muchos compañeros democráticos se preguntan
si es factible hacer unidad con el SNTE porque ha sido justamente su Comité
Ejecutivo Nacional, en manos de Elba Esther Gordillo, quien ha entregado todas
y cada una de nuestras conquistas laborales. Nosotros opinamos que,
movilizarnos y marchar como uno solo es imperativo en esta situación en la que
el gobierno quiere arrebatarnos todo, siendo conscientes de que si tocan a uno,
nos tocan a todos. Sin embargo, llamar a la unidad en las acciones, la
movilización y la lucha, no implica dejar de denunciar el carácter charro de la
dirección de Elba Esther Gordillo y llamar a formar un polo independiente y
combativo que agrupe a todos aquellos que, además de pelear contra la reforma,
le planteen a los cientos de miles de trabajadores que conformamos el sindicato
una perspectiva para democratizarlo y conquistar su independencia de clase
frente a los partidos del congreso; una política opuesta por el vértice a la de
Gordillo, quien ha utilizado nuestra organización como moneda de cambio frente
a los partidos patronales como el PAN y el PRI.
Una política combativa, alternativa a la de
la dirección del SNTE, pasa también por someter a la más amplia discusión
democrática de las bases cuál es la mejor alternativa para vencer. Nosotros
opinamos que los amparos, si bien son importantes, no podrán frenar la
embestida y no podemos confiar en que la Suprema Corte de Justicia va a fallar a
nuestro favor, cuando se ha declarado enemiga de la clase trabajadora al avalar
que 44 mil electricistas y sus familias quedaran en la calle. Solo nuestra
unidad, la movilización, la lucha y la confianza en nuestras propias fuerzas
puede hacer que la reforma no pase.
Forjar una poderosa unidad, está acompañado
de organizarnos desde las bases en nuestros centros de trabajo. Por ello es
urgente que, en cada escuela, los trabajadores comencemos a discutir en
asambleas las implicaciones de la Reforma y los pasos a seguir. Es imperativo
que la CNTE y las corrientes democráticas demos una pelea para que en todo
centro de trabajo se organicen este tipo de iniciativas para que todas y todos
los trabajadores seamos integrados a la lucha y podamos expresar libremente
nuestras posiciones e inquietudes.
En lo inmediato, ponemos a consideración de
todos los trabajadores del magisterio, la propuesta de que la CNTE, el CEND y
todo agrupamiento democrático convoque a las bases del SNTE, al conjunto de los
trabajadores de la educación, a las otras organizaciones sindicales, al
movimiento #YoSoy132 y al movimiento estudiantil, a un Encuentro Nacional en
Defensa de la Educación y Nuestros Derechos, donde podamos discutir una jornada
nacional de lucha contra la reforma que prepare todo tipo de acciones, como la
movilización callejera y paros escalonados que preparen en perspectiva un gran
paro nacional de todo el magisterio. Este encuentro puede discutir un programa
de acción que ponga énfasis en echar abajo la Reforma Laboral y ¡Abajo la
privatización de la educación! ¡Abajo la Reforma Educativa! ¡No a la
subcontratación en el magisterio! ¡Respeto irrestricto a nuestros derechos
laborales!
La educación, en tanto fenómeno social, dinámico y complejo, no puede entenderse al margen de los factores económicos, sociales, políticos, éticos y técnicos que lo determinan.
ResponderEliminarResulta evidente que, para entrar al análisis de dicho fenómeno con un grado razonable de seriedad y rigor, debe ubicarse en un contexto incluyente y ponerlo en una perspectiva histórica, que dote de significación y sentido a la evolución de la educación mexicana de cara al futuro.
En el ámbito genérico de la educación, en este principio del siglo XXI, cobra especial relevancia el acelerado e inequitativo proceso de transformación del aparato productivo y las formas en que impacta al sistema educativo; dicha problemática -que no es privativa de nuestro país- ya que la compartimos de manera acusada con el resto de los países de América Latina.
La lucha en defensa de la educación, se vincula por tanto de manera directa y estrecha con la defensa de los derechos laborales y sociales de los trabajadores.
Esto nos obliga pues, a organizar un frente amplio e incluyente de lucha antineoliberal y de cara al futuro.
M. en E. Alfredo Macías Narro.
Analista Educativo de la CoSDAc/SEMS.