01 abril, 2012

Viva la lucha chilena

Boletín No. 1. INTERNACIONAL
Por una educación pública y gratuita
¡Viva la lucha de los estudiantes y trabajadores chilenos!

Por Antonio Méndez, maestro en servicio
Luego de los primeros síntomas de reactivación del movimiento estudiantil en mayo, desde el pasado16 de junio las calles de Santiago y diversas ciudades chilenas han sido escenario de movilizaciones históricas protagonizadas por estudiantes secundarios (educación media), universitarios y trabajadores de la educación, quienes se han manifestado por decenas e incluso cientos de miles. Estas acciones masivas, junto a paros y la toma de cientos de colegios y universidades, tienen una demanda motora central: el fin del lucro en la educación.
Convertida en jugoso negocio bajo la dictadura de Pinochet (1973-1990) y desarrollada como un importante nicho de inversión privada durante el régimen de la Concertación (1990-2010), la educación en Chile -concebida por el presidente Sebastián Piñera como un “bien de consumo”- es actualmente una de las más caras del mundo. Así, este “modelo educativo” neoliberal ha dejado a la juventud chilena dos alternativas para poder estudiar: pagar altos costos o endeudarse con créditos bancarios de elevados intereses.... Sigue

Hoy, sin embargo, con el antecedente de la revolución de los pingüinos (secundarios) en 2006 y con luchas de masas propagándose por diversos países ante los efectos de la crisis económica internacional, el movimiento estudiantil-docente está cuestionando profundamente el modelo educativo chileno, levantando la demanda de educación gratuita en todos los niveles y planteando para su financiamiento la nacionalización del cobre e impuestos a las grandes empresas.
El gobierno derechista, por su parte, encontrándose en una situación de debilidad en donde la aprobación popular a Piñera ha descendido hasta un muy bajo 26%, ha respondido a las marchas y tomas con represión, desalojos y prohibición de las manifestaciones, al tiempo que ofrece migajas y llama al diálogo y la negociación. Ante ello el movimiento, sabiéndose fuerte y contando con una amplia simpatía entre la población expresada en los cacerolazos, ha contestado desafiando las prohibiciones, retomando colegios y realizando nuevas manifestaciones, además de que ha rechazado las propuestas gubernamentales por considerarlas insuficientes.
La irrupción de los estudiantes y los trabajadores de la educación en Chile se produce además en un contexto en donde sectores del movimiento obrero como los mineros del cobre, portuarios y trabajadores del transporte público han salido a luchar levantando sus propias demandas, realizando huelgas, movilizaciones y tendiendo a la convergencia con el sector educativo.
Las condiciones para pasar a la ofensiva y llevar las luchas al triunfo están dadas, haciéndose indispensable la unidad entre trabajadores y estudiantes en la perspectiva de una huelga general indefinida para torcerle el brazo al gobierno e imponer las demandas. Esto pasa, sin embargo, por profundizar la autoorganización democrática, levando asambleas de base que mediante la elección de delegados revocables apunten a la unidad efectiva y cuestionen a las direcciones oficiales de los movimientos, que buscan negociar con el gobierno para obtener concesiones mínimas o que están llamando a la realización de un plebiscito para resolver el tema educativo, una vía rápida a la desmovilización.
Desde el boletín Nuestra Clase, enviamos un caluroso saludo a los estudiantes y docentes chilenos y sentimos su lucha como propia. Llamamos a los estudiantes, trabajadoras y trabajadores de la educación en México, a solidarizarnos con nuestros hermanos del Cono Sur.

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